Son muchas las razones por las cuales abandono la ANTC (Asociación Nacional del Tolete Canario) y el Proyecto AMC Achinech. Podría clasificarlas de diferentes formas personales, administrativas, políticas, sociales, técnicas o institucionales, pero quizás sean dos o tres las más importantes.
Una es que YO NO SOY POLÍTICO ni de profesión ni de trato. De profesión, no milito en ningún partido político, ni busco reconocimiento público para lograr alguna posición política. De trato, digamos que desde pequeño me ha costado decir las cosas que no me parecen correctas, de la forma correcta, en el lugar y momento oportuno, bien sea verbalmente o con mi lenguaje corporal. De igual forma me molesta que se enmascaren "instituciones" que cuyo objetivo es la difusión y enseñanza como instrumento político de un particular.
Otra razón que podría clasificarse en el aspecto personal, es la soberbia, arrogancia, ego desmedido, de una persona que va "fiscalizando" lo que otras personas hacen con la facultad que su ego le auto impone y otorgándose las cátedras que tiene o que cree tener. Cosa que finalmente ya salen a las luz pública y quita las máscaras.
Todo aquello que no tiene bases firmes se derrumba tarde o temprano. Con esto quiero decir que como individuo no me interesaba ser partícipe de una "asociación" que con el tiempo me di cuenta, que en mi opinión era o es un castillo de naipes. Te nombraban partícipe o miembro de una "asociación" y nunca me dieron algún resguardo de mi participación, de hecho, un personaje que lidera esta "asociación" se dedicó a difamarme públicamente en diferentes, foros, páginas webs, etc (menos mal que todo se encuentra registrado), diciendo que he sido "EXPULSADO" entre otras cosas, yo me pregunto de qué? alguna vez pertenecí administrativamente a algo?. Si lo fui, nunca se me informó de ninguna asamblea y si fantasmagóricamente aparezco registrado, no se me ha sido informado debidamente, ni tiene mi consentimiento de sesión de datos personales y exigiría mis derechos respecto a la utilización indebida de mis datos personales según lo exige la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de diciembre.
Debo reconocer que no soy especialista, antropólogo, historiador, ni pretender ser un entendido en la materia, me refiero a las artes de defensa civil que el pueblo canario ha desarrollado a través de su historia, sea pre-conquista o post-conquista, con sus diferentes manifestaciones; pero la siguiente razón por la cual me retiro de esta "asociación" tiene que ver con la impresión técnica que me ofrecía. Llevo ya más de 20 años practicando artes marciales "orientales", tanto a manos vacías como con armas y lo que ofrecía esta "asociación" era como un regalo, grande y cuadrado, con un colorido papel y un lazo grande que desbordaba al regalo en cuestión, pero cuando lo coges en peso, no pesa nada. Lo sacudes un poco con cuidado y no suena nada, piensas, esto debe ser "alguna enseñanza metafórica que me hará reflexionar". Pasa el tiempo y no te aguantas, ya no puedes esperar ver que hay en el interior. Abres con cuidado de no romper mucho el papel o el lazo un pequeño agujero y no ves nada. Entre frustración y desesperación abres un poco más el regalo, sin preocupación de que se rompa el papel o el lazo, NADA.
Aún así queda el beneficio de la duda, será que a mi no se me ha permitido conocer más y por eso me da dicha impresión.
El tiempo es sabio y pone a la gente en su debido lugar. Recientemente se ha hecho pública una carta en la que el Maestro Manuel Martel, uno de los maestro a los cuales este personaje que presidente de la nombrada asociación utilizó su imagen y fundamenta el sistema que pretende fiscalizar, desconoce al que supuestamente le vendió a todos los canarios las "técnicas rescatadas de este palo canarios en Cuba" Jorge Dominguez (máximo Maestro de la ANTC), quien le ha enseñado las "ancestrales técnicas" al Presidente de la ANTC.
Espero que con esto permita y anime a todas aquellas personas que también se han sentido engañados y utilizados por esta "Asociación", hagan manifiesto su descontento.
A continuación se anexa la carta enviada en 2001 a la Federación del Juego del Palo.
No puedo terminar esta entrada sin agradecer la labor de Alejandro Rodríguez Buenafuente que gracias a su invaluable labor, permite que se haga justicia.